La primera acción de
política que profundiza la desigualdad contra la ciudadanía más vulnerable, fue
sacar la feria del agricultor del lugar donde se desarrolla porque este sitio
se declaró en su momento, de atención prioritaria en razón de que allí pueden
acudir sin gasto adicional a las compras de alimentos, la población herediana
de más bajos ingresos. Eso se irrespetó en todos sus extremos.
Con el expediente de
que el nuevo lugar del campo ferial era urgente adquirirlo, para proteger la
casona patrimonio histórico sobre la cual la municipalidad nunca había mostrado
interés, se pagó más del valor de mercado. (Ustedes pueden verificar que el
municipio nunca se interesó por el inmueble, consultándolo en la oficina de
patrimonio del Ministerio de Cultura y Juventud).
A mayor abundamiento,
cabe recordar que obras como el Estadio Nacional y el Puente de la Amistad
fueron construidos en tiempo récord (el estadio en menos de dos años y el
puente en menos de tres). Nuestro presunto
campo ferial ya sobrepasa cinco años en su construcción, y no es sino ahora que
se “acelera” su construcción, con ocasión de la cercanía de las elecciones
municipales.
Un extremo grave de
corrupción fue que se ocultó que la medida real de la propiedad era de 1.169 metros
menos de lo que se publicó en el diario oficial La Gaceta. Y, lo más grave, es
que las personas colaboradoras del municipio conocían este ocultamiento y nunca
lo informaron al Concejo Municipal. (Aún hoy, el alcalde no lo ha dado a
conocer formalmente en las actas correspondientes y ya han pasado cinco largos
años).
Don Guido tiene
documentado que parte del dinero utilizado en la compra, se originó en la
donación de ocho millones de dólares del gobierno de China, estando, a la sazón
como embajador del país, el señor Antonio Burgués Terán; cuya hija es quien
firma la venta de la propiedad a municipio.
Paralelamente, un
síndico municipal de Mercedes Norte,- (curiosamente el coto electoral del
alcalde)-, viajó a China utilizando pasaporte de servicio de la Municipalidad
de Heredia, sin objetivo claro ni rendir cuentas de su viaje pero que es quien
presenta informe a favor de la compra. Esto me recuerda a Guyón Massey,
exdiputado, quien pidió un viaje pagado familiar a España y 90 millones de
colones para su fundación familiar al ministro de hacienda Guillermo Zúñiga, a
cambio de votar sí al TLC.
La ingeniera Lorelly
Marín, indicó al Concejo que la infraestructura de marras era ideal para el campo ferial y que toda la
obra era aprovechable. No obstante, sin decir agua va, agua viene, demolió casi
setecientos metros de bodegas ubicadas al norte de la propiedad, perdiéndose el
valor estimado en el avalúo de veinticuatro millones, más el costo de la
demolición. Asimismo, afirmó que no se necesitaba permiso de SETENA para realizar
las obras. ¡Hélas!, no fue así y tuvieron que correr a tramitarlos. Esto es un
acto de irresponsabilidad total, ¿verdad?
Además, tras de cuernos
palos: las bodegas principales debieron ser totalmente reconstruidas (techos,
cerchas, contrapisos, pisos, ventanas, canoas, bajantes, instalación eléctrica
y hubo que repellar las paredes. La pregunta del millón entonces: ¿qué era lo
que estaba en buen estado? Aquí se está cayendo un órgano director del
procedimiento por estas actuaciones cómplices de este desastre de campo ferial.
Un asunto de
importancia clave es que no se consultó a la comunidad su parecer sobre la
construcción de esta obra en sus cercanías. El expediente que se usa para no
haber consultado es que la propiedad no está dentro de una urbanización, cuando
todos sabemos que está en el centro de uno de los mayores desarrollos
habitacionales del cantón. ¡Pluff!....(Hay gran cantidad de vecinos opuestos a
la apertura del campo ferial).
Las condiciones de la
propiedad son pésimas para la actividad que se desarrollará: no hay espacio
para los camiones de los agricultores; el aparcamento para usuarios es de
apenas 120 vehículos; con una visitación estimada de veinticinco mil usuarios,
va a colapsar el tránsito en las calles circunvecinas.
Finalmente, los tramos
para los agricultores van a ser de cuatro metros cuadrados, en tanto muchos de
los actuales son de ocho y hasta diez metros cuadrados, teniendo que usar
incluso las aceras y losa cajones de los camiones como bodegas; cosa que no
podrán hacer en el campo ferial.
La contaminación sónica
estará en el orden del día: afectará a los alumnos de la UNED cuando recibirán
clases.
La entrada salida del
aparcamento da a una calle de dos carriles, lo que en caso de un accidente,
haría colapsar el libre tránsito y la llegada de ambulancias.
Increíble: se han
invertido dos mil millones de colones, y aun así, no alcanzó el dinero para las
remodelaciones: la antítesis del planeamiento mínimo que se requiere.
Cono escribe mi
compañero Guido Jiménez: “…a la fecha, después de tanta inversión de dinero y
tanto tiempo, no se ha vendido ni un rollo de culantro”